Resumen
La malnutrición, que consiste en desnutrición, sobrepeso y obesidad, y deficiencias de micronutrientes, sigue afectando a millones de mujeres y niños, en particular en los países de ingresos bajos y medianos (PIBM). Desde 2013 un artículo del XNUMX de Lancet, En la serie sobre nutrición materna e infantil, se ha incrementado la evidencia sobre las diez intervenciones recomendadas, junto con la evidencia de intervenciones más nuevas. Se ha fortalecido la evidencia sobre la eficacia de la suplementación prenatal con múltiples micronutrientes para reducir el riesgo de mortinatos, bajo peso al nacer y bebés nacidos pequeños para la edad gestacional. La evidencia sigue apoyando el suministro de alimentos complementarios en entornos con inseguridad alimentaria y enfoques comunitarios con el uso de alimentos complementarios y terapéuticos producidos localmente para tratar a los niños con desnutrición aguda. Algunas intervenciones emergentes, como los suplementos nutricionales preventivos a base de lípidos en pequeñas cantidades para niños de 6 a 23 meses, han demostrado efectos positivos en el crecimiento infantil. Para la prevención y el tratamiento de la obesidad infantil, las intervenciones integradas (por ejemplo, dieta, ejercicio y terapia conductual) son las más eficaces, aunque hay poca evidencia de los países de ingresos bajos y medios. Por último, las estrategias de nutrición indirecta, como la prevención de la malaria, la atención preconcepcional, el agua, el saneamiento y la promoción de la higiene, aplicadas dentro y fuera del sector de la atención de la salud, también brindan importantes beneficios nutricionales. De cara al futuro, se requieren mayores esfuerzos para mejorar la cobertura de las intervenciones, especialmente para los más vulnerables, y existe una necesidad crucial de abordar la creciente doble carga de la malnutrición (desnutrición, sobrepeso y obesidad) en los países de ingresos bajos y medios.