Cada año, 2.6 millones de bebés mueren antes de cumplir un mes. Un millón de ellos dan su primer y último aliento el día de su nacimiento. Sin embargo, millones de vidas de estos jóvenes podrían salvarse cada año si cada madre y cada bebé tuvieran acceso a una atención sanitaria asequible y de calidad, a una buena nutrición y a agua potable. Este informe aborda los desafíos que supone mantener con vida a todos los niños y pide una fuerte cooperación entre gobiernos, empresas, proveedores de atención sanitaria, comunidades y familias para dar a cada recién nacido una oportunidad justa de sobrevivir y trabajar colectivamente para lograr la cobertura sanitaria universal. y un mundo donde ningún recién nacido muera por una causa evitable.