Resumen

Antecedentes

La atención sanitaria es uno de los sistemas humanos más complejos. Coordinar actividades e integrar las formas más nuevas con las más antiguas de tratar a los pacientes al tiempo que se brinda una atención segura y de alta calidad es un desafío. Tres informes emblemáticos de 2018 dirigidos por (1) la Comisión de Salud Global de The Lancet, (2) una coalición de la Organización Mundial de la Salud, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Banco Mundial, y (3) las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos proponen que los sistemas de salud deben abordar la calidad de la atención, generar menos daños y brindar cobertura sanitaria universal en todas las naciones, pero especialmente en los países de ingresos bajos y medios. El objetivo de este estudio es revisar estos informes con el fin de avanzar en el debate más allá de un diagnóstico conceptual de las brechas de calidad hacia la identificación de oportunidades prácticas para transformar los sistemas de salud para 2030.

Cuerpo

Analizamos los informes mediante técnicas de minería de texto y análisis de contenido para derivar sus temas y conceptos clave. Las iniciativas para lograr avances incluyen una mejor medición, el uso de las capacidades de las tecnologías de la información y las comunicaciones, la adopción de una visión sistémica del cambio, el apoyo a los sistemas para que mejoren constantemente, la creación de sistemas de salud que aprendan y el afianzamiento del progreso con una investigación y una evaluación eficaces. Nuestro análisis sugiere que el mundo necesita pasar de 2018, el año de los informes, a 2020, la década de la acción. Proponemos tres iniciativas para apoyar este cambio: en primer lugar, desarrollar un plan de cambio, modificable según las circunstancias de cada país, para dar efecto a las recomendaciones de los informes; en segundo lugar, dar pasos tangibles para reducir las inequidades dentro y entre los sistemas de salud, incluida la redistribución de recursos a las áreas de mayor necesidad; y en tercer lugar, aprender de lo que va bien para complementar los esfuerzos actuales centrados en reducir las cosas que van mal. Ofrecemos ejemplos de financiación específica que tendría grandes beneficios, reduciría las desigualdades, promovería la universalidad y sería mejor para aprender de los éxitos y de los fracasos.

Conclusión

Los informes contienen numerosas recomendaciones, pero carecen de un plan de acción integrado y aplicable a diez años para la próxima década que permita hacer realidad sus objetivos de mejorar la atención a los más vulnerables, salvar vidas proporcionando atención sanitaria de alta calidad y pasar a medir y garantizar mejores resultados a nivel de los sistemas y de los pacientes. Este artículo señala lo que se debe hacer para alcanzar estos objetivos.