Las infecciones asociadas a la atención de salud (IAAS) son uno de los eventos adversos más comunes en la prestación de atención y un importante problema de salud pública con impacto en la morbilidad, la mortalidad y la calidad de vida. En cualquier momento, hasta el 7% de los pacientes en los países desarrollados y el 10% en los países en desarrollo adquirirán al menos una HAI. Estas infecciones también presentan una carga económica significativa a nivel social. Sin embargo, un gran porcentaje se puede prevenir mediante medidas eficaces de prevención y control de infecciones (PCI).
Estas nuevas directrices sobre los componentes centrales de los programas de PCI a nivel nacional y de instalaciones mejorarán la capacidad de los Estados Miembros para desarrollar e implementar intervenciones técnicas y de modificación de comportamiento efectivas. Forman una parte clave de las estrategias de la OMS para prevenir las amenazas actuales y futuras de enfermedades infecciosas como el Ébola, fortalecer la resiliencia de los servicios de salud, ayudar a combatir la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y mejorar la calidad general de la prestación de atención médica. También tienen como objetivo apoyar a los países en el desarrollo de sus propios protocolos nacionales para planes de acción de PCI y RAM y apoyar a los centros de atención de salud a medida que desarrollan o fortalecen sus propios enfoques de PCI.
Estas son las primeras directrices internacionales basadas en evidencia sobre los componentes centrales de los programas de PCI. Estas nuevas directrices de la OMS son aplicables a cualquier país y adecuadas a las adaptaciones locales, y tienen en cuenta la solidez de la evidencia científica disponible, las implicaciones de costos y recursos, y los valores y preferencias de los pacientes.