Salud global 2050: Preguntas y respuestas con la Dra. Lia Tadesse Gebremedhin

En medio de los rápidos cambios en el panorama mundial, ¿cómo podemos revitalizar la salud mundial? En octubre de 2024, un artículo del XNUMX de Lancet, La Comisión de Inversión en Salud publicó un nuevo reporte ofreciendo una hoja de ruta para que los países de todos los niveles de ingresos logren mejoras espectaculares en el bienestar humano para 2050. Al priorizar las inversiones en salud en 15 condiciones clave, las naciones podrían reducir el riesgo de muerte prematura (antes de los 70 años) en un 50%, una estrategia a la que la Comisión se refiere como el enfoque “50 para 50”.
AlignMNH se sentó con Dra. Lia Tadesse Gebremedhin, ex miembro de nuestro Comité Directivo Internacional, ex Ministro de Salud de Etiopía y uno de los coautores del documento, para hablar sobre las implicaciones que este documento podría tener en la salud global y, específicamente, en la salud materna, neonatal e infantil. El Dr. Gebremedhin es el actual Director Ejecutivo del Programa de liderazgo ministerial de Harvard y profesor visitante sobre salud global y población en la Universidad de Harvard. Esta entrevista se realizó en diciembre de 2024 y ha sido editada para mayor claridad.
1. En su opinión, ¿cuáles son los hallazgos más importantes de esta publicación? ¿Qué hallazgos tienen las implicaciones más significativas para la salud mundial, en particular la salud materna, neonatal e infantil? ¿Y cómo se traducen estos hallazgos en medidas prácticas para los diferentes actores en el campo de la salud materna, neonatal e infantil, como los encargados de la formulación de políticas, las organizaciones de salud mundial y los proveedores de atención médica?
El mensaje central de este informe es principalmente que muestra Se pueden lograr mejoras en la reducción de la mortalidad de hasta el 2050% para 50. Pero, por supuesto, hay una Si-Es posible if Hay una decisión intencional de los países y de la comunidad sanitaria mundial de hacer las inversiones y tomar las decisiones correctas. El informe dice, en esencia, que se puede reducir la probabilidad de morir antes de los 70 años y que también podemos hacer mejoras espectaculares en el bienestar humano y en el bienestar de nuestras comunidades. Esto se basa en dos razones principales:
- La evidencia es que ha habido un progreso histórico en las últimas décadas. Los países han logrado reducciones del 50% en las muertes prematuras en los últimos 30 años o menos.
- La evidencia científica demuestra que cada vez hay más innovación y difusión de nuevas tecnologías. Actualmente tenemos alrededor de 450 nuevos medicamentos, vacunas y diagnósticos que se esperan en la fase de desarrollo. Entre los años 1970 y 2000, gracias a la aparición de nuevas tecnologías, hemos visto una reducción drástica de la mortalidad. Nuestra proyección se basa en esta evidencia científica que demuestra que esto se puede lograr.
El otro mensaje central es que para lograr estos objetivos como comunidad sanitaria mundial, Los países necesitan priorizarNo se pueden lograr invirtiendo en todo. Priorizar las 15 afecciones definidas en este documento (ocho enfermedades infecciosas y afecciones de salud materna y siete enfermedades no transmisibles, incluidas la salud mental y las lesiones) traerá consigo una marcada reducción de la mortalidad y la morbilidad. La priorización no será exactamente la misma para todos los países; debe basarse en el contexto.
Una consideración importante es lograr cierto nivel de reajuste en la cobertura sanitaria universal (CSU) y en la agenda de fortalecimiento de los sistemas de salud. La inversión en los sistemas de salud ha sido el enfoque clave para lograr la CSU en la era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y ha generado algunos avances; pero hemos visto que el progreso se ha estancado tanto en términos de cobertura como en términos de gastos catastróficos en salud que siguen siendo cada vez más comunes. Nuestro enfoque recomendado para el fortalecimiento de los sistemas de salud debería centrarse realmente en estas intervenciones prioritarias, y las inversiones en los sistemas de salud deberían garantizar que brinden el conjunto completo e integral de estas 15 intervenciones. Por supuesto, eso también tendrá un impacto en otras cuestiones, pero si invertimos en ellas, no solo en el fortalecimiento general de los sistemas de salud, entonces podemos tener un mayor impacto.
2. De las 15 afecciones de salud prioritarias, ocho son afecciones infecciosas y de salud materna y siete son afecciones relacionadas con ENT y lesiones. ¿Puede explicarnos qué se incluye en la categoría de “afecciones maternas”?
En general, esas condiciones de salud infecciosas y maternas se definieron utilizando el Categorías sanitarias mundiales de la OMS de causas de muerte a nivel de paísEsto demostró que estas condiciones prioritarias contribuyen en gran medida a la brecha de esperanza de vida entre los países con mejores resultados y los que están rezagados.
Cuando hablamos de las condiciones de salud materna, estas incluyen las cuestiones principales del embarazo y el parto, como la atención prenatal, el parto seguro, el manejo de las complicaciones del parto y la atención posparto de rutina. Si incluimos las condiciones de salud infantil, entonces se incluyen ciertas inmunizaciones y también el tratamiento de enfermedades infantiles como infecciones de las vías respiratorias inferiores, malaria y desnutrición aguda.
A pesar de los importantes avances logrados en materia de salud materna e infantil en las últimas décadas, estos problemas siguen siendo responsables de una gran parte de la brecha en la esperanza de vida entre el África subsahariana y otras regiones. Es inaceptable que haya una mortalidad tan elevada cuando contamos con intervenciones claras y sencillas. No son necesariamente necesarias intervenciones complejas para evitar la mortalidad materna, pero aun así vemos que las mujeres mueren por falta de acceso o de calidad.
3. Si bien el documento aborda las tendencias mundiales, ¿cómo afectan las desigualdades subnacionales a la consecución de los objetivos de salud delineados en el documento?
El informe se centra esencialmente en datos a nivel nacional (para algunos países, se han utilizado proyecciones o estimaciones globales estimadas cuando había limitaciones) y tendencias globales. Los datos subnacionales son difíciles de encontrar, aunque hay algunas iniciativas que trabajan para proporcionar datos subnacionales, como el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), donde se analizan las estimaciones de la carga mundial de enfermedad a nivel subnacional para algunos países.
Esperamos que el análisis subnacional sea responsabilidad de los países cuando desarrollen planes de implementación. En muchos países, el nivel subnacional puede contar con datos desagregados, y en otros puede que no, pero los países deben analizarlo más a fondo porque existen disparidades subnacionales que podrían cambiar la implementación y el diseño de las intervenciones.
4. AlignMNH ha concentrado sus esfuerzos en compartir las mejores prácticas en materia de salud materna y neonatal. ¿Qué papel puede desempeñar el intercambio de las mejores prácticas para acelerar el progreso hacia los objetivos de salud mundial?
Las mejores prácticas siempre han sido fundamentales para difundir o ampliar las intervenciones que han tenido un impacto en entornos limitados. Con la aparición de cada vez más innovaciones, ya sean tecnológicas o basadas en sistemas, esta sería una gran oportunidad para compartir y promover las mejores prácticas. Una vez más, lo que realmente me gusta de este informe es la idea de centrarse en un conjunto de intervenciones. Si bien 15 prioridades siguen siendo muchas, el enfoque modular que se recomienda nos muestra que, dentro de cada intervención o prioridad, se puede volver a elegir en función de la relación costo-eficacia y el impacto. Los países deben tomar decisiones basadas en evidencia para priorizar esas intervenciones. Compartir las mejores prácticas tendrá un papel importante a la hora de contribuir a la toma de decisiones basada en evidencia necesaria cuando los países avancen con la implementación.
5. En el documento se destaca la importancia de los productos básicos para mejorar los resultados en materia de salud. ¿Cómo pueden los países garantizar la disponibilidad y asequibilidad de productos básicos de salud esenciales, incluidos los bienes públicos mundiales, como las vacunas y los medios de diagnóstico?
Antes hablé de la necesidad de que los países prioricen dentro de las 15 intervenciones, pero en el documento sí hablamos de que los productos básicos deberían tener un peso mayor que otras intervenciones. Está claro que disponer de productos básicos a un precio asequible o gratuito para las comunidades es un gran obstáculo para lograr el acceso y la calidad de la atención sanitaria. Esa ha sido la experiencia de la mayoría de los países, incluida mi propia experiencia como Ministro de Salud. Hemos hecho muchas inversiones en infraestructura y en personal sanitario, pero la falta continua de disponibilidad de medicamentos y productos básicos era una enorme barrera para garantizar la prestación de servicios de calidad. Un muy buen ejemplo en Etiopía es la salud materna y neonatal: prestamos los servicios de forma gratuita, pero debido a las limitaciones en la disponibilidad de productos básicos, los pacientes acaban pagándolos o se convierten en una barrera para la prestación de la atención. Cuando se analiza el gasto total de bolsillo y el gasto catastrófico, el mayor porcentaje de gasto catastrófico corresponde a productos básicos.
En el documento se incluye una recomendación sobre los productos básicos, denominada Mecanismo Arrow (pág. 28). El Mecanismo Arrow se propone para garantizar la sostenibilidad de la disponibilidad de productos básicos mediante la reorientación de las transferencias del presupuesto general a los ministerios de salud hacia transferencias presupuestarias por partidas individuales para medicamentos prioritarios específicos, la implementación de adquisiciones centralizadas conjuntas por parte del gobierno u otras entidades según el contexto, la adquisición de grandes volúmenes y el fortalecimiento de las cadenas de suministro. También hace hincapié en que los productos básicos se financien con fondos públicos. Sabemos que, en muchos países, la financiación pública total de los productos básicos puede no ser posible, pero sí es posible financiar parcialmente las intervenciones prioritarias y que el gobierno gestione las adquisiciones. En lugar de tener formas fragmentadas de adquisición, este mecanismo ayuda a asignar presupuestos para productos básicos prioritarios con adquisiciones conjuntas. Por ejemplo, en Etiopía, hemos centralizado las adquisiciones a través de la agencia de adquisiciones farmacéuticas del gobierno, dependiente del Ministro de Salud, lo que tiene muchos beneficios.
6. Como ex Ministro de Salud, ¿cuáles son las principales implicaciones de estos hallazgos para los gobiernos? ¿Cómo se pueden integrar en los planes y presupuestos de salud?
Los gobiernos suelen tener muchas prioridades que abordar. Este documento nos ayuda a revisar esas prioridades y nuestra inversión. Todos trabajamos con recursos limitados. ¿Cómo invertimos esos recursos para lograr el mayor impacto? La relación costo-eficacia de nuestras intervenciones es algo que este informe nos ayudará a evaluar en nuestros planes nacionales. No ofrece una receta para todos los países, pero demuestra que no podemos invertir en todo de la misma manera. Deberíamos centrarnos en lo que tendría el mayor impacto en términos de reducción de la mortalidad y mejora de la calidad de vida.
Por ejemplo, las inversiones generalizadas en el personal sanitario no funcionarán. Hay que decidir: ¿dónde se invierte más en personal? ¿Dónde se invierte en productos básicos? También se trata de que los países trabajen para mejorar la financiación interna de la salud. No se trata de una idea nueva, pero los países deben esforzarse más por mejorar la inversión interna. Para aumentar el gasto público en salud, los ingresos del gobierno deben mejorarse con reformas fiscales y un enfoque de la eficiencia. La gestión financiera pública es una oportunidad clave para que los países utilicen mejor sus recursos limitados.
El documento también hace especial hincapié en los impuestos al tabaco, ya que este sigue siendo la causa de una gran proporción de la mortalidad. Este enfoque es fundamental para reducir la mortalidad, pero también es clave para aumentar los ingresos del gobierno.
El informe también destaca que los países deben centrarse en la preparación para emergencias y pandemias. Se prevé que en los próximos diez años podría volver a producirse otra pandemia. Lo bueno es que con este enfoque de inversión en el sistema de salud, los países también estarían mejor preparados para responder a las crisis.
7. A medida que se acerca la fecha límite para la consecución de los ODS, ¿cómo podemos aprovechar su impulso para lograr un progreso aún mayor? ¿Cómo contribuye este documento a la fijación de prioridades para después de los ODS?
Hubo un impulso con la era de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y hemos visto algunos avances en la era de los ODS, pero más recientemente nos hemos estancado en el logro de nuestros objetivos. La pandemia de COVID-19 y otros desafíos globales, especialmente las crisis humanitarias y los conflictos, no han hecho más que retrasarnos.
Contamos con suficientes pruebas de lo que funciona y este documento nos ayuda a centrarnos nuevamente en acelerar el progreso. El mensaje clave al que siempre vuelvo es la cuestión de la priorización y de cómo invertir en intervenciones que puedan tener el máximo impacto. Es responsabilidad de la comunidad mundial asegurar que avancemos y reduzcamos las brechas de disparidad en todas las regiones. Este informe no cubrirá todo lo que debe incluir una agenda de salud posterior a los ODS, pero sin duda contribuirá a la manera en que fijamos nuestras prioridades.
Este informe me ha dado mucha esperanza y optimismo de que, a pesar del momento difícil que atravesamos a nivel mundial, si realmente trabajamos juntos y acordamos colectivamente la misma agenda, es posible reducir significativamente la mortalidad y la morbilidad.